Citado por muchos como un ejemplo de país, incluyendo organismos internacionales como el FMI, Chile vive ahora un proceso de reformas que son una manifestación de los problemas reales de su economía, una suerte de fatiga del sistema neoliberal.
La Reforma Tributaria es presentada por el gobierno de Bachelet como una manera de “corregir la desigualdad” y aportar los medios para resolver los problemas existentes en los sistemas de Educación y Salud.

Los gobiernos civiles han demorado casi 25 años en “darse cuenta” de los costos de un modelo que privatizó hasta el sentido del bien común.

La Reforma Educacional, demandada primero por el movimiento estudiantil hasta transformarse en un tema de interés transversal, ha demostrado que los establecimientos educacionales, en cada uno de sus niveles, tiene un comportamiento que entiende al estudiante como cliente, es decir, como factor de negocio y utilidades.

Si bien la privatización de la educación viene desde los años 80 con Pinochet, no hay espacio de duda alguna para señalar que, los gobiernos civiles, no tan solo acompañaron el modelo sino que han sido parte. Basta con leer las listas de principales “sostenedores”, que es la palabra que se usa en Chile para referirse a las personas y/o corporaciones que ofrecen servicios de educación y formación profesional.

En Salud sucede algo similar, es decir, los planes de servicio a los más pobres terminan siendo una fuente de financiamiento para las clínicas privadas. Baste señalar que hoy con un Chile de 17 millones, tenemos menos camas hospital que las que había en 1957, con una población que no superaba los 8 millones de habitantes.

En el país ejemplo, se vive una “chino-dependencia” en su economía. Chile es un “mini-mercado” para el comercio de otros países, es un país consumidor y un exportador primario, es decir, no agrega valor a sus productos ni recursos naturales.

Otro punto de alta sensibilidad, es el de los Fondos para Pensiones, que conocemos como Administradoras de Fondos de Pensiones, las AFP, creadas también en los años 80, sirven como motor principal para el financiamiento de la industria financiera y de las empresas que exportadoras.

Las AFP venden dinero a los bancos a 4% de interés anual y los bancos los prestan a 30 040% de interés.

El modelo neoliberal impuesto por Pinochet y administrado por los gobiernos civiles desde los años 90, deja a la vista contradicciones, fallas y abusos que explican la desigualdad, el grave endeudamiento de la población y la tenencia de un número pequeño de grandes fortunas que logran figuración internacional.

Los partidos políticos, primero abolidos por la Dictadura, registran ahora y desde hace al menos 10 años, una significativa baja de militantes. Quedan de ellos la historia y grupos de dirigentes que integran la denominada “clase política chilena”.

Volver al Estado existente en los 70, es una tarea que exige gran imaginación, lo posible es que cumpla un rol mayor de regulación, en un mercado desregulado.

El trabajo de todos, es asumir la tarea de corregir abusos y mantener la estabilidad necesaria para superar los problemas y construir futuro.