Y el predicador levantando las manos al cielo al ritmo de la música y moviendose energicamente apóstrofo la multitud: porque ustedes no quieren hacer daño a Jesús , ¿no?

Y la multitud gritando conmovida, aplaudiendo con fuerza bailando y moviéndose rítmicamente con la música de órgano, las voces del pueblo, la voz del predicador y el todo, respondía freneticamente: No, Señor, no queremos hacer daño a Jesús!

Porque ustedes aman a Jesús ! Ustedes aman a Jesús ! Continúaba el predicador, invocando y esperando la respuesta correcta. Y la multitud obedientemente respondía: Sí, amamos a Jesús !!! lo amamos !!!

 

 

Hoy me gustaría ser un predicador e incitar a la multitud y poder moverla y agitarla para forzarla a actuar, para obligar la gente a tomar medidas para terminar con la ignorancia! Se hablaba antes de la iluminación hacia el camino a Damasco. Hoy en día, dadas las circunstancias actuales,  esperamos que el patrimonio arqueológico de Palmira, antiguo sitio de la Unesco entre Damasco y la región del Eufrates, siga estando allí hoy y mañana y el día después, intacto para ser visto por toda la humanidad en el futuro, pero es mejor no tocar el tema y mantener la esperanza.

En cambio, la ignorancia debe ser derrotada y se debe hacer siempre y en todos los modos posibles!

Si es necesario que cada uno de nosotros se convierta en un predicador, y mueva a las masas, vamos a hacerlo! Porque creo que no somos realmente conscientes de hasta dónde llegó esta ignorancia. Es una especie de masa gelatinosa, que avanza subterráneamente sin hacer ruido, sin notarse y moviéndose de esta manera no nos hemos dado cuenta de  hasta dónde llegó. Ahora está en todas partes. En la escuela, en el trabajo, en las calles, en los restaurantes, en las casas de cada uno de nosotros, o sea está presente en nuestras vidas.

 

La definición del diccionario de la Real Academia Española dice:

ignorante.

(Del ant. part. act. de ignorar; lat. ignōrans, -antis).

1. adj. Que no tiene noticia de algo. U. t. c. s. 

 

Si las palabras tienen significado, comencemos diciendo que salir a hablar en el púlpito es generalmente la peor manera de “iluminar” el camino a alguien. Los predicadores americanos, lo hacen con mucho oficio, es cierto.

Pero, como dice la Treccani (Diccionario Italiano), ignorancia también significa: “que no conoce o sabe lo que debe saber, sobre todo en cuanto a su negocio o profesión” es una realidad que nos enfrentamos cada día, y en los más variados ambientes.

Encontrar a alguien que conoce su trabajo es un placer, sea cual sea la profesión de la que estamos hablando. ¿Ha notado que si va al bar cerca de la oficina y se encuentra que el camarero realmente sabe cómo preparar el café y también te lo sirve con una sonrisa, inconscientemente, vas a volver?

Mientras que decir del político que no puede responder a la periodista de turno sobre el “ISIS” o cual es la capital de Estonia (Tallin) y por supuesto no sabe que la República de Estonia es la más septentrional de los Estados bálticos, que su  lengua y cultura son de ugrofinesa como la vecina Finlandia, y que por esto aspir más aún a ser considerado un país nórdico.

Un político europeo, debería saber todo eso porque Estonia es un país miembro de la Unión Europea, la OTAN y la OCDE y también es signatario del Protocolo de Kyoto.

Anécdotos de la falta de profesionalidad, hay tantos como queramos, simplemente basta frecuentar las redes sociales.. Lo peor es que suceden en la vida real y como me respondió una asistente en una agencia de servicios de Sky Italia – “en tanto, son todos iguales! Donde vaya, vaya, todos se comportan como nosotros”, nombrándome a todos los proveedores de telefonía en el mundo para señalar que esta es la forma de trabajar, porque así lo hacen todos! Y estoy segura de que no quería decir “Así hacen todas” (“Così fan tutte” original en Italiano) ópera bufa de Wolfgang Amadeus Mozart porque por desgracia para ella era, de hecho, una persona ignorante.

Por encima de todo, no es una respuesta aceptable!

No podemos justificar todo y de todos, aceptando pasivamente este tipo de respuesta. 

Personalmente ya no estoy dispuesta a aceptar pasivamente respuestas como ésa.

Debemos esperar que el camarero sepa cómo hacer un buen café y de igual modo que el parlamentario europeo sepa qué es Tallin y dónde está, a partir de nosotros mismos. Y para combatir la ignorancia no hay otra cosa que la educación, la cultura, que permite que cada uno de nosotros para intente hacer bien lo que hace.

No hay que ignorar el tema.

Y creo que tenemos que empezar a exigir competencia en materia. Enojarse y quejarse cuando alguien no está a la altura. Tener la energía del predicador estadounidense para arrastrar la masa es soñar, pero pedir por lo menos un mínimo de la competencia requerida, sí se debe hacer.

Sin dejar de lado el hecho – conocido por todos – que todo el que hace algo bien hecho, tiene una especial satisfacción en hacerlo, convirtiéndose en una persona orgullosa y satisfecha de sí misma, lo que se traduce en una mayor seguridad relacional con los demás, lo que facilita la ejecución de las tareas en el trabajo y / o en la comunidad social. Por qué esta persona se gana el respeto de los demás con su profesionalidad.

Al parecer este valor, en nuestra sociedad actual, parece estar un poco empañado, pasado de moda, demasiado complicado y difícil de enseñar y transmitir a los que se están formando, sin embargo es absolutamente necesario para contar con una sociedad civil digna de ese nombre.